«Ya estamos con lo del SEO, qué pesao. Que sí, que ya tengo el Yoast SEO ese en mi WordPress y él lo hace todo, todito, todo. No tengo mucha idea de SEO pero si lo suficiente como para saber que es lo que me hago. Creo».
«Lo que no entiendo es porque a mi página no llega gente sino es pagando, con lo bien que lo hecho».
(Mi yo de hace un año).
El SEO me aburre
Mi yo, de hace un año, pensaba eso. ¡Qué rollo esto del SEO! Además, no paraban de llegarme mensajes de hindús diciéndome que mejoraban mi posicionamiento con SEO. Que si a través de enlaces me entrarían miles, millones de visitas. Aquello me sonaba tan chungo, tan de bajos fondos, que en cuanto me mencionaban SEO me daba mal rollo.

En Facebook e Instagram me saltaban anuncios donde volvían al tema y te hablaban de servidores, metadatos, linkbuilding, SEO on page, SEO off page, HTML, CSS, etc. Términos que sonaban a que había que saber mucho y que era muy aburrido. La ignorancia es atrevida. Cuanto más tonto eres más listo te crees. El efecto Dunning-Kruger.
Yo que soy muy autodidacta y multipotencial me dije que eso del SEO lo solucionaba yo, con un par y un palito. Incluí el Yoast SEO en mi web de WordPress y seguí más o menos los pasos. Y ni tan mal para no tener ni idea. Pero no basta con eso, como todo en esta vida hay que saber.
Me da que ese mismo pensamiento no era (como tantas otras veces) solo cosa mía. Es algo compartido, eso de infravalorar al SEO y su potencial parece estar muy extendido.
Mi yo de ahora piensa SEO
Ahora que sí sé SEO (como un sevillano), no paro de ver sitios webs que no aprovechan todo el potencial de lo que una estrategia de posicionamiento web SEO les puede ofrecer. Veo diseños de páginas muy vistosas, realmente chulas, luego por curiosidad miro en SERanking y alucino: no tienen visitas. A veces cero patatero. Y es entonces cuando te das cuenta de que lo primero es dar las señales a Google para que sepa qué haces y luego ya, si eso, lo ponemos bonito.
Que oye, yo soy un esteta y me entran las cosas por los ojetes de la cara. Para mí es importante porque describe tu negocio, es una carta de presentación. Es necesario para que quien llegue: se quede.
Sí.
Pero primero: que llegue.
Mi yo de ahora piensa SEO.
Tipos de webs que no aprovechan el SEO
Se supone que un 90% no tiene establecida ninguna estrategia en SEO. Yo diría que incluso más. Es cierto que muchas que están dentro de ese porcentaje tienen algún elemento, han implementado alguna cosa, a veces casi de casualidad o haciendo algo de caso al Yoast SEO (que no es la panacota, pero ayuda). Pero una buena estrategia viene de un trabajo de planificación anterior que casi nunca se hace.
Webs superchulas
Pero con muy pocas visitas. Algunas con una estética visual espectacular. Mucha imagen. Poco texto. Brrrr. Cagada.
De momento Google (aunque dicen que «estamos trabajando en ello», ya sabes, con acento impostado de mexicano borracho) no sabe interpretar las imágenes como información para posicionar, en todo caso la etiqueta alt, que no deja de ser texto. Si no hay palabras, Google no tiene datos para saber qué necesidad resuelve esa página llena de fotos. Además cargan lento y eso no le mola al usuario. Y lo que no le mola al usuario, no le mola a Google.
Muchos (y yo hasta hace no mucho me incluía) piensan que Google entiende la estética y apariencia de la web y si es chula rankea mejor. No es cierto, aunque una web atractiva visualmente puede hacer que un usuario se quede más tiempo y eso sí ayuda a posicionar.
Vamos, que de manera tangencial puede tener su parte de verdad.
Webs zombies
Esas que ves el copyright del año 2009. Diseño antiguo, sin responsive, es decir, sin adecuación a smartphones y tablets. Supongo que en su momento se las vendieron como que aquello iba a hacer que dieran un salto al siguiente nivel y después lo que ha pasado es que no pasan de pantalla.

Una web muerta pero con vida en internet. A veces, le faltan cosas, están como desmembradas. Imágenes que no cargan, aviso de Adobe Flash, ni rastro de Aviso Legal, Política de Privacidad, Cookies… En ocasiones el negocio ya ha cerrado pero sin explicación alguna esa web sigue viva vagando por la red.
Webs que están porque tiene que haber de todo
Construidas por el dueño del negocio con todo su poco gusto y desconocimiento. O peor: por el cuñado.
Sin estrategia de SEO («¿pero eso que eh?»). Suelen ser un batiburrillo de información. con fotos feas, textos técnicos, frases manidas, lugares comunes. Confían en su buen gusto y en la opinión de sus amigos, que como quieren que les siga invitando a las cañas le ríen la web.
Webs con buenas intenciones pero sin SEO
Las ves, las lees y te dices a ti mismo: «que buena pinta tiene este negocio, seguro que les va de maravilla». Parece que lo han hecho todo bien hasta que le das al botón derecho: Ver código fuente de la página y buscas metadatos Title y Description, etiquetas Hs, alt de las fotos y nada tiene sentido.
Un buen diseño, un gran trabajo de copywriting. Esa web tendrá muchas posibilidades si quien tiene que llegar a ella lo hace. Pero como no se le están dando las señales correctas a Google llegan poquitos poquitos.
Webs copypeich
Las agencias que hacen todas las webs de sus clientes con la misma plantilla. Personalización cero patatero. Estrategia SEO de baratillo y sin tener en cuenta las particularidades del negocio.
Pagarán sus pecados en el infierno (espero).
Webs que mucho abarcan pero poco aprietan
Me refiero a esas que basan su estrategia de SEO en ir a por las máximas palabras clave, con el número más alto de búsquedas aunque su negocio no sea adecue a ellas.
Quieren que todos los encuentren pero sin centrarse en lo que verdaderamente son los servicios de su negocio. Muchas visitas pero de usuarios que en realidad buscaban otra cosa.
Matan moscas a cañonazos.
Webs con pésima experiencia de usuario
Son aquellas que aunque puede que tengan una estrategia SEO detrás, su experiencia de usuario es tan nefasta que consiguen que quien entre se vaya espantado.
Y aquí entran muchos más tipos de webs. Las tipo laberinto, donde entras y empiezas a meterte en menús interminables para no encontrar nada. Las ultraminimalistas, que juegan al escondite inglés, no encuentras ni dónde está el menú, texto mínimo, letra chiquita, te dejas los ojos. Las agobiantes, llenas de pop-ups, anuncios de vídeos que hacen que los textos bajen y suban, etc. Parece que se propusieran boicotear su propia web.
Existen muchos más tipos, estos son los que me han venido a la mente. Seguro que se te ocurren unos cuantos tipos más de páginas que no aprovechan lo que el SEO les puede dar.
Que posicione y sea chula
Y en este orden.
Sería lo ideal de la muerte.
Acallando a mi yo visual, artístico, fotógrafo, tengo que afirmar que en la construcción de una web lo primero es establecer bien la estructura sobre la que se va a asentar el edificio. Después, cuando se compruebe que es a prueba de terremotos, ataques nucleares y demás, construir una fachada al estilo de tu negocio. Que la gente quiera mirar desde fuera pero que cuando esté dentro le maraville.
A mí esto me pasó con el museo Guggenheim de Bilbao.

Situado en un lugar diáfano, céntrico, además sale en todas las guías. Es imposible ir a Bilbao y no saber dónde está.
Estructura a prueba de humedades de la ría.
Espectáculo visual externo y espacio subyugante en su interior. Estar dentro es perder la noción del tiempo.
La web de tu negocio debe ser lo más parecido al Guggenheim de Bilbao, por ejemplo, si es tu estilo. Elige el estilo arquitectónico que más te guste y aplícalo a tu web.
En arquitectura prima lo práctico, la habitabilidad, la funcionalidad. Primero unos buenos cimientos para que sea sólido, después que se adecue a la función para la que se construye y finalmente una imagen atractiva para quien lo ve desde fuera quiera entrar y quedarse a vivir. Así debería ser con todo.
El ejemplo contrario sería una parte del mundo de la moda, donde puedes ver prendas que impiden el movimiento y calzado que impide andar. Donde lo estético le gana la partida a lo funcional. Para mí: un sinsentido.
O aprendes o contratas a alguien que sabe
Para tener los conocimientos, los instrumentos, construir un método,… Puedes aprender, gastar tiempo y dinero. Añadir una tarea más a todas las que un autónomo o pequeña empresa tiene que hacer. O, como haces con muchas otras funciones que se te escapan: delegar en terceros. Contratar a un experto en SEO que además sepa diseñar. Como por ejemplo, un Optimizer Manager.
¿Te he mencionado que soy Optimizer Manager? Mi radio de influencia Madrid y alrededores, pero que con esto de la tecnología puedes estar en Pernambuco (que, por cierto, está en Brasil) y sin problemas.